La Semana de la Movilidad sustentable apunta a generar conciencia para reducir las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) y combatir el calentamiento global, ya que millones de personas se movilizan diariamente en todo el planeta usando medios de transporte que emiten CO2.
Si bien se ha iniciado un cambio en el uso eficiente de energía a través de distintos modos de propulsión de los vehículos, dentro de los cuales la electrificación es el más importante, este cambio es muy incipiente en países desarrollados, aunque la cocientización ha llevado a miles de personas a adoptar medios de movilidad sustentables como las bicicletas o monopatines.
Los primeros vehículos eléctricos fueron producidos y vendidos a principios de la década de 1900 y las ventas alcanzaron su punto máximo a principios de la década de 1910. Pero los avances tecnológicos y el descubrimiento de grandes reservas de petróleo desplazaron al vehículo eléctrico en favor del motor de combustión.
“Ahora, más de 100 años después, los vehículos eléctricos están regresando y necesitan desplazar cada vez más el motor de combustión para reducir las emisiones y la contaminación del aire”, dijo el Secretario General de la ONU.
Un dato que pocos saben es que fue un científico argentino, Juan Carlos Bocich, quien hizo el primer auto propulsado por inyección directa de hidrógeno a un motor de combustión interna convencional. Bocich adaptó el motor de un Renault 9 en 1995. A pesar de este logro
novedoso y de vanguardia en la época, en Argentina solo el 2% de los autos que se vendieron en 2023 son híbridos o eléctricos.
Pero más allá de invertir en vehículos eléctricos, que todavía tienen un costo considerable, es posible adoptar medios de transporte que minimicen las consecuencias medioambientales. Mejorar la eficiencia del transporte público, utilizar bicicletas o vehículos de movilidad personal como monopatines o motos eléctricas, ayuda a bajar las emisiones de CO2.