Desde 1901, cada 29 de agosto, en nuestro país se celebra el Día Nacional del Árbol, conmemoración propuesta por el Dr. Estanislao Zeballos, resaltando la importancia de este recurso natural.
Los árboles oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global, entre otras de sus numerosas y vitales funciones.
Dan sombra y embellecen el paisaje, pero fundamentalmente, los árboles urbanos tienen un rol clave en mejorar la calidad del aire de las ciudades.
Los árboles brindan una serie de servicios ecosistémicos a la humanidad, como la captura y recarga de fuentes de agua, además de proporcionar oxígeno y capturar dióxido de carbono (CO2).
En ese sentido, los bosques urbanos desempeñan un papel crucial en la mejora de la calidad del aire al reducir la temperatura, filtrar contaminantes directamente y disminuir el consumo energético de los edificios cercanos. Esto a su vez reduce las emisiones de contaminantes provenientes de las fuentes de energía eléctrica.
Recomponer los hábitats dañados por el hombre
Geólogos Asociados brinda servicios medioambientales y de preservación de la naturaleza y la biodiversidad, entre los cuáles se encuentran los estudios de impacto ambiental, los monitoreos de biodiversidad, análisis de riesgos ambientales y restauración ecológica. Dentro de este último servicio se trabaja en la recomposición de áreas que han sido dañadas por la intervención directa o indirecta del hombre, trasplantando especies de flora nativa propias de ese hábitat. La empresa trabaja de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible que propone entre otros puntos proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques.
La importancia de los árboles
Los árboles son fundamentales para incrementar la biodiversidad urbana al ofrecer hábitat, alimentos y protección a plantas y animales.
Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kilos de gases contaminantes por año, desempeñando así un papel crucial en la mitigación del cambio climático. En áreas urbanas con alta contaminación, los árboles mejoran la calidad del aire, haciendo de las ciudades entornos más saludables para vivir.
Colocados estratégicamente, los árboles en las ciudades pueden reducir la temperatura del aire entre 2 y 8 grados centígrados. Por ejemplo, ubicar árboles correctamente alrededor de edificios puede disminuir el uso de aire acondicionado hasta en un 30%, y reducir las facturas de calefacción invernal entre un 20% y un 50%.
Estudios demuestran que vivir cerca de áreas verdes urbanas y tener acceso a ellas puede mejorar la salud física y mental, reduciendo la presión arterial alta y el estrés, lo cual contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.
Los árboles maduros regulan el flujo de agua y desempeñan un papel crucial en la prevención de inundaciones y la reducción del riesgo de desastres naturales. Por ejemplo, un árbol maduro de hoja perenne puede interceptar más de 15.000 litros de agua al año.